jueves, 5 de junio de 2008

Silvina en las sombras


Durante toda su vida, Silvina Ocampo vivió opacada por las figuras de sus más allegados. Su hermana, Victoria, fue fundadora y editora de Sur, revista que publicó a grandes escritores argentinos como Ernesto Sabato y Julio Cortazar. Fue la esposa del escritor Adolfo Bioy Casares y con quien escribió, junto a Jorge Luis Borges, amigo de la pareja, el libro Antología de la Literatura Fantástica. Y hay quienes dicen que tuvo una relación amorosa con la también escritora Alejandra Pizarnik. Pero Silvina fue mucho más que la hermana, la amiga, la esposa o la amante de algunas de las mentes más brillantes de la literatura argentina. Silvina Ocampo es una de las autoras argentinas más destacadas del último siglo y su prosa fue el fiel reflejo de un alma apasionada, que supo describir de una manera única los encuentros y desencuentros de los sentimientos humanos.

A comienzos de este año, la editorial Sudamericana lanzó Ejércitos de la oscuridad, un volumen que reúne distintos textos de Ocampo que por diferentes razones jamás fueron publicados. Lo que alguna vez fueron cuadernos olvidados en un cajón, manuscritos que fueron ignorados por alguna editorial, o simples recortes en papel de los amores y temores de una mujer que encontró en la noche la claridad de la escritura, hoy forman parte de este ejemplar al que su editor,Ernesto Montequin, define como "una obra de concepción independiente, deliberadamente fragmentaria, que acepta la fugacidad y la digresión como premisas compositivas".

Los temas de Ejércitos... son los recurrentes dentro de la literatura de Silvina Ocampo. La noche. El amor: "Para qué cambiar de amante si toda persona es una creación de desavenencias y de unión". El tiempo, la infancia, la vejez. La vida y la muerte: "Tengo menos miedo de morir que de vivir; lo primero sucede de una vez; lo segundo nadie sabe en cuantas veces".

Ejércitos... se compone de cuatro partes: Inscripciones en la arena, Epigramas, Analectas y Ejércitos de la noche. Este último pasaje, del cual Montequin tomó el nombre para el libro, fue escrito entre 1969 y 1970 y está dedicado a Pizarnik. El manuscrito original estaba escrito en un cuaderno de 40 páginas que, a diferencia de los tres restantes, no se gestó como borrador o proyecto. Entre cuentos, relatos, chistes y recuerdos, Silvina deja ver el costado más autentico del escritor, aquel que pocos se atreverían a desnudar de una forma tan simple: "Llenar un cuaderno con pensamientos -¿pensamientos?- es como llenar un vaso de agua para que otro lo tome, pero ¿le gustará a ese otro el agua? ¿Y acaso me la pidió? ¿Dónde encontraré un sediento? Aunque sea un vaso con el agua del río turbio, le agradará".

Tal vez se trate simplemente de una hermana, de una amiga, de una esposa o de una amante de algún famoso escritor argentino del siglo XX. Tal vez no sea más que una mujer que supo construir una personalidad deslumbrante a la sombra de las figuras que rodearon su vida. Tal vez sólo sea la autora de otro libro más que se pierde dentro de la inmensidad de las librerías de la calle Corrientes. Pero a la luz de quien sepa descubrir ese mundo fantástico que se construyó en base a ideas terrenales y reflexiones nacidas en el imaginario, será una escritora diferente.


§abrina .

No hay comentarios: