Algunas personas tienen la idea de que todo diciembre tiene que ser navideño. Por lo que algunos deciden sacar de su guardarropa los disfraces de Papa Noel un poco antes del 24. Eso hizo Katy Perry, quien lució un traje rojo y blanco para la fiesta Y100 Jingle Ball 2010 en Florida. Si bien nos encantan los trajes estrafalarios de Katy, este no es el caso. El volúmen del vestido hace que sus caderas parezcan gigantes. Y los borcegos acortan visualmente sus piernas. Un look muy poco sexy.
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